Acerca de las pinturas de Emiliano
Como
llovizna sobre brasas
dentro
de mí los pasos pasan
hacia
lugares que se vuelven aire.
Octavio
Paz
La raíz del deseo
Las personas pasan mucho tiempo buscando a lo largo de
su vida, los verdaderos deseos que
enterrados se alojan en su propia oscuridad como sujetos. Selvas que
parecen desconocidas, profundas
corrientes del ser.
Otros, afortunados, los encuentran sin casi buscarlos.
En nuestro recorrido vital los deseos hablan de qué
cosas queremos hacer para estar de acuerdo con aquello que muy al fondo habita
en nuestro interior y nos forma como sujetos.
¿Dónde está la raíz del deseo? nos preguntamos.
Algunas veces el deseo tiene y adquiere una pasión por
representar la vida cercana, aquello
que vemos en
sueños, o lo que encontramos de resto en playas de mares tormentosos
cuando baja la marea. Caracoles blancos, porosas y
agujereadas superficies de memorias antiguas y presentes, arena infinita por
donde dejar huella.
Emiliano Ferreras encuentra la raíz de su deseo en
este hacer pictórico que se liga fuertemente con aquello que está muy hondo en
él y que sale a la superficie en color y gesto y en la intensidad de pinceladas
cargadas de materia. En otras de sus obras, son manchas pequeñas sobre papel manteca
que se desgranan y se enturbian sobre la superficie. Un mundo se imprime sobre
otros mundos y adquiere autonomía.
En un primer momento pude ver algunas pinturas en
forma digital, y el impacto del gesto
que entreví en ellas, me llevó a querer ver más. Cuando lo hice, comenzaron a desplegarse sus trabajos uno
tras otro como un torrente imparable. Lo que podemos ver hoy en esta
muestra es solamente una porción
pequeña de ese torrente.
Sobre papel manteca con verdes, rosas y blancos una
pintura se queda en mí como protagonista. Vuelvo a mi casa, cierro los ojos y
esos colores y esas pinceladas me interrogan y me envían a un lugar desconocido
y misterioso de mí misma y allí permanecen.
Podemos incluir las obras de Emiliano dentro de la
corriente amplia del expresionismo abstracto y de este modo englobamos su hacer
arte en una corriente que privilegia gesto, color y pincelada. ¿Estaremos acercándonos mejor a estas
pinturas con esa inclusión?
Si tengo que nombrar y decir, elijo atarme a palabras que tienen que ver con ciertas técnicas y materiales:
óleo, trementina, papel manteca, madera…como si estas palabras fueran tablas
para asirme a ellas y me permitieran flotar en esta corriente exuberante, con
una cierta tranquilidad. Pero si me animo a sumergirme en su profundidad, me
doy cuenta que la medida de la materia, la cantidad
utilizada en una porción pequeña o grande de superficie de alguna de sus obras,
nos da exactamente la medida de su deseo.
En un tiempo sostenido, seguramente, un otro y varios otros ayudaron, promovieron
y facilitaron el hacer y lo que se muestra hoy aquí. Pero nada de esto hubiera
sido posible si este hacer pictórico no se hubiera abrochado/anudado a una raíz
del deseo en el ser de Emiliano.
Miro el Corazón en llamas , el azul, el rojo
y el blanco, la medida de la materia puesta ahí, me lo confirma. Llevo la mano
hacia mi propio corazón y guardo ahí
esta intensidad.
Liliana Menéndez junio 2010
www.lilianamenendez.com.ar